Nunca me llevé bien con la tecnología. Mi familia siempre estuvo diez años atrasada con todo lo que tuviera que ver con cosas modernas que se enchufan (o no). Cuando todos disfrutaban la radio doble casetera, nosotros recién teníamos una radio. Ni hablar del DVD. Todavía me acuerdo del vendedor queriéndonos vender un DVD y mi papá y yo emperrados en que queríamos una videocasetera nueva y que no nos molestara más. Hasta dos años atrás yo usaba walkman. Hasta hace dos meses me resistía a cambiar mi moderno disc man por un mp3 (de hecho, vino con el celular que me regalaron y sólo no uso mi disc man porque me lo robaron). Así que eso del espionaje histórico del que mi alumno hablaba es cosa nueva para mí. ¿Pagar una hora de Internet para ver a la otra, para conocerla y saber cómo es? Noooooo… ¿o sí?
Mis primeros intentos fueron con un amigovio que tuve. No tuve resultados satisfactorios así que no perdí tiempo, que significaba plata. Ya cuando comencé a trabajar en una empresa estadounidense donde la internet estaba liberada…uh, esa fue mi perdición. Las primeras veces fueron inocentes. La entrenadora del proyecto nos enseñaba a usar Google, ¨to optimize it¨ como le gustaba decir. Y te decía una palabra, por ejemplo ¨cd burner¨y después te gritaba tipo sargento ¨Google it!¨. Yo no sabía lo que era Google ni que se había transformado en un verbo (esto en 2004. Si la palabra Google ya se había transformado en verbo, es porque yo era un ente entre los entes y no sabía nada de la vida…). Y ahí, inocentemente, coloqué el nombre de él…y aparecieron cosas y cositas. Muchas no tenían nada que ver con nada, pero fue interesante. Después me entretuve buscando el árbol genealógico de mi familia polaca y me olvidé del espionaje histórico. Dos años después la necesidad de saber sobre Cristian me llevó a conocer todos los buscadores de la Internet y descubrir que se podían saber muchas cosas comprometedoras de las personas. Busqué, busqué y busqué algo de la otra, pero nada. Soy muy mala con las computadoras. Perdí mucho tiempo colocando nombres y apellidos, yendo de un link para otro como una maniática. Google it? ¡El Google es una mentira, no se encuentra nada! Fue una semana de infructuosa búsqueda de informaciones que me habían sido omitidas los últimos dos meses de relación con él. Si él no me las daba, yo me sentía con derecho a volverme una psicótica informatizada. Hasta que el sentido común golpeó mi cerebro y me dijo ¨loooocaaaaaaa¨. Y paré. No sin dejar de pensar en la maravillosa puerta a la sabiduría que era el Google y en las posibilidades que me brindaba. Y sin dejar de pensar en todo lo que quería saber de ella. Como si ella hubiera sido la responsable del fin de mi relación. Pasé otra semana queriendo saber y saber y él ya no me importaba, sólo quería saber de la otra. En total mi ¨dolor¨ duró un mes. Todo terminó gracias a mi primo que, en un acto de amor absoluto, se sentó frente a mí y de la nada me dijo la frase mágica, las palabras que yo esperaba, lo que yo quería saber:
¨Prima…es fea¨
GOOGLE IT!!.
GOUIRIC. Marie: "...Tu única llave para tu libertad"
Hace 2 meses