miércoles, 4 de febrero de 2009

¿Igualdad de sexo o malditas perras?

Cada vez que viajo a visitar a mis abuelos a Mar del Tuyú, me compro una cantidad de revistas Cosmopolitan/Para Ti/Glamour viejas para distenderme un rato. Esta vez no fue la excepción y me compré la edición de Noviembre 2008 en la cual había una ilustradora nota de "cuán perra sos" (hay que recordar que la Cosmo hace traducciones literales de muchas cosas que en español argentino quedan un tanto graciosas). Y había un ejemplo: "si salís con tus amigas y hay una que siempre pone menos, ¿cómo se lo decís?.". Y había niveles de "perrez" y la situación en la que vos saltás y decís que alguien puso de menos y te enojás, era el nivel más alto.
Y me quedé pensando sobre esta cosa social en la cual dependiendo del sexo te tildan de una u otra cosa. Si los tipos hacen esto, son directos. Nosotras lo hacemos, somos unas guachas. Y revistas como estas que defienden tanto la igualdad de sexos, terminan llevándote a lo mismo. ¡Perra por decir lo que pensás de una y sin vueltas!
Lo que demuestra que la igualdad de sexos parece que se queda en la defensa de ganar un salario igual al de los hombres o tener iguales posibilidades laborales frente a la competencia masculina. La igualdad de sexos también pasa por no criticar estas actitudes de forma despectiva sino criticándola, tal vez, por no ser diplomática. Pasa por entender que somos diferentes físicamente y emocionalmente, que nos pasan cosas diferentes pero que socialmente somos lo mismo.
Así que ¡guacha, poné el peso para la cerveza AHORA!

¡Yemanyá reconrosa!

Mis abuelos viven en Mar del Tuyú y desde que soy chica paso los veranos acá con mi hermana. Todos los dos de febrero tenemos acá la fiesta de Yemanyá, la diosa del mar. La señora que construyó una súper Yemanyá en la puerta de su casa que está en la playa (literalmente) y donde se celebra el 2 de febrero es amiga de mi abuela así que algunos años fuimos a acompañarla a ella y a otro montón de gente que se reune hasta el anochecer a cantar y a darle ofrendas a la diosa en cuestión. Todo muy pintoresco y entretenido hasta que una vez nos dijeron como al pasar a mi hermana y a mi que participemos con la esperanza- estoy convencida de esto- de que en un futuro le diéramos bisnietos a mis abuelos o que por lo menos encontráramos algún novio decente.

La cosa era así: en determinado momento había que entrar al mar con una barquito como ofrenda donde se colocaban frutas, flores y tu deseo, "quiero encontrar a alguien que me ame y lo ame" en este caso mientras algunas personas te tiraban perfume. Todo muy surreal. Mi hermana y yo hicimos un piedra, papel o tijera y perdí, me fui al mar. Mientras me tragaba distintos perfumes y el mar embravecido me chupaba para adentro (la peor sudestada en diez años había pasado el día anterior). Una ola GIGANTE me tiró al diablo y yo intentando que el barquito no se me escapara de las manos. Harta, lo revoleé y salí insultando a todo el mundo, incluyendo a Yemanyá y a la mar en coche. Dos locos se me arrojaron y no me dejaron salir del mar gritándome que debía salir sin darme vuelta, que "¡A Yemanyá no se le da la espalda!" y me obligaron a salir de frente al mar, mientras las olas me atacaban. Y para peor, cuando llegué a la orilla, veo a mi abuela y a mi hermana matándose de risa y a algunas personas mostrándome que mi barquito había sido devuelto, que mi deseo no se cumpliría por un año, que Yemanyá no había aceptado mi ofrenda y que debía volver al año siguiente. Por supuesto, nunca más volví. Y así me fue. Se me enojó la Yemanyá por los detallitos de las puteadas y la espalda (nunca voy a culparme a mi, siempre a otros)

Años más tardes, después de muchas relaciones sin final feliz, pasé por la estatua gigante de nuevo y decidí hacer las paces con ella. Le dejé tres caracoles al pie y me fui.
Hoy estoy felizmente casada y en Mar del Tuyú de visita.

¿Será mucho una caravela de ofrenda?

lunes, 2 de febrero de 2009

Amigas etílicas

Ayer charlaba con Mara, una de mis mejores amigas desde que tengo 12 años sobre nuestras aventuras etílicas de todos los tiempos. Abriendo una cerveza tras otra, charlamos sobre los pequeños detalles que tenemos las mujeres unas para con otras en esas situaciones o para con nosotras mismas pensando en una burbuja alcóholica que nos lo vamos a agradecer al día siguiente. Enumero:

1) Sostener el cabello de la que está devolviendo todo lo de su estómago para el mundo.
2) Evitar que esa misma persona se apoye en el indoro inmundo mientras hace esa devolución.
3) Espantar malos prospectos de nuestra amiga con furia y de forma mal educada ("¿Por qué no te vas a levantar a otra, taradooooo?" mientras se lo espanta como a una mosca)
4) Cuando estamos solas en la difícil situación de embocarle al inodoro de lejos, inclusive en estado alcóholico, recordamos que NO DEBEMOS SENTARNOS EN ÉL.
5) Nos retocamos el rímmel, el lápiz de ojos, nos bajamos bien las polleras, miramos que esté todo en su lugar (no vaya a ser cosa que al día siguiente recordemos que anduvimos emulando inconcientemente a la revolución femenina de los sesentas con el corpiño en la mano)
6) Acompañar a la de peor estado hasta la parada del colectivo y esperar que llegue para asegurarnos que por lo menos la otra está encaminada y a salvo.
7) Decirle que sí, que ella es la mejor y el salame que la dejó es...bueno, un salame.
8) Brindar por cualquier cosa que nuestra amiga diga y festejarlo como si hubiera descubierto la solución al problema del hambre mundial.
9) El siempre acertado "ponete las pilas" cuando nuestra amiga quiere continuar bebiendo y está a un paso del coma alcóholico.
10) La llamada obligatoria del día siguiente para escucharla decir : "noooooo, ¿hice eso en serio? ¿Pero por què no me paraste?" a lo que se responde que lo inentamos sin resultados y mentimos diciendo que "no te preocupes, no fue para tanto".

Mara ha soportado muchas borracheras mías y yo me perdí la ÚNICA borrachera de ella y continuamos firmes y fuertes como siempre a pesar de todos los momentos vergonzosos que la hice pasar. El sábdo pasado le hice fuck you a un grupo de personas imitando a Homero Simpson en la pelicula de los Simpsons ante la cara de sorpresa de mi marido y la risotada de ella.

Igual, Mara dice que no fue para tanto...

La otra es ella, la otra soy yo

Y sí, debo aceptarlo. Tengo un problema. Voy a terminar como en las películas yankis en las que las personas van y dicen "Hola, mi nombre es Ed y soy alcohólico" y todos responden: "Hooola, Ed". Yo creo que ese va a ser mi final si sigo así.

La ex de mi ahora marido continua pispeando en las fotos que publicamos y continua entrando en el blog de él impunemente. Y pienso: "ay, pooobre". Y hago click en el nombre de ella para ver sus mensajes, sus fotos y hago hincapié en buscar alguna cosa que indique lo resentida y triste que está (porque es maaaalaaaa) o debería estar. Hasta yo, que soy un queso con la Internet, descubrí cómo entrar en el blog de ella sin que mi nombre le apareciera (o eso creo). Pero lo peor llegó ayer, cuando descubrí que por algún motivo el Orkut (el Facebook brasilero casi) ya no te deja ver las fotos del 2009 de otros si no sos amigo o conocido de alguien. Pero yo ví que tenía fotos y las copié y las intenté ampliar sin ningún resultado y...ví mis ojitos achinados frente a la pantalla en un reflejo. ¡Pero qué imagen patética!. ¡Qué loca!. Ella es la que lo persigue desde que terminaron hace casi ocho meses pero yo la trastornada que se alimenta de la locura de ella.

Así que como bien dije al mejor estilo Alcohólicos Anónimos, hoy comencé mi plan de desintoxicación. Al fin y al cabo, nosotros nos fuimos a vivir juntos y nosotros nos casamos y debo decir que mi amrido jamás de los jamases me hizo dudar un segundo de lo que tenemos y lo que no tiene con la otra. Así que basta de ver páginas y fotos que no me atañen y poner en google images el nombre para ver que sale y ...

Ay, ¿y si hago un click más y nada más?.